El coche compartido es un concepto de transporte relativamente nuevo. Más conocido como carsharing, representa una alternativa al transporte público convencional. También al vehículo privado. Un ejemplo sin duda de movilidad sostenible si además se trata de coche eléctrico compartido ¿Qué te parece la idea? ¿Conoces este tipo de transporte? ¿Lo has utilizado? Deja tus comentarios al final del artículo.
04-03-2024
La ley 7/2021 de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética tiene como finalidad asegurar el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París de 2015, firmado por España en 2016. Un proceso de transición energética que implica la descarbonización de la economía para 2050.
Y en esta senda de transformación a través de la descarbonización incluye el objetivo de alcanzar un parque móvil de vehículos comerciales ligeros y turismos libre de emisiones directas de CO2 para 2050. En 2040 los vehículos comerciales ligeros y turismos nuevos, serán de 0 g CO2/km.
Además la ley incluye que en los municipios de más de 50.000 habitantes y en los territorios insulares, ya deben de existir planes de movilidad urbana sostenible. Planes orientados a la reducción de las emisiones asociadas a la movilidad. Incluido la movilidad eléctrica compartida (artículo 14.3.f).
Coche eléctrico compartido al alcance para cualquier ciudadano
Estamos todos de acuerdo en que nadie imagina un futuro libre de emisiones sin coches eléctricos. La electricidad es el vector energético que mejor integra las energías renovables. Además se prevé que para 2050 el sector eléctrico sea exclusivamente renovable. Es por ello que el coche eléctrico unido a la modalidad de carsharing o coche compartido tenga todo el sentido y augure un largo recorrido. Pero ¿Qué es la movilidad eléctrica compartida? ¿Cómo funciona el coche eléctrico compartido?
El carsharing es un servicio que permite al usuario alquilar un vehículo por un periodo corto de tiempo. Generalmente minutos aunque también pueden ser horas o uno o varios días completos. Responden a necesidades de movilidad de carácter ocasional. Por otro lado, los vehículos que se comparten son eléctricos. Por lo tanto no emiten gases contaminantes cumpliendo con un doble objetivo: mejorar la calidad del aire y reducir las emisiones de CO2 asociadas al cambio climático.
Cada vez más entidades locales y municipios se suman a la tendencia del vehículo eléctrico en la modalidad de alquiler. Tenemos el ejemplo de Madrid donde operan una seis empresas de servicios de carsharing. Cualquier persona que viva o visite Madrid puede contratar este servicio. Cada una de estas empresas dispone su propia flota de vehículos ecológicos o bajas emisiones. La entidad local apoya e impulsa esta modalidad de movilidad sostenible con incentivos fiscales y de estacionamiento.
El funcionamiento del servicio requiere del alta como usuario. En este proceso de alta la empresa de carsharing solicita la documentación correspondiente. Una vez concluido el trámite de alta el usuario ya puede reservar el vehículo más cercano. Existen puntos o zonas de aparcamientos asociados a la flota, pero también se pueden encontrar en cualquier calle de la ciudad. Las diferencias entre una compañía y otra son fundamentalmente las tarifas y las zonas en las que se ofrece el servicio.
Los sellos ambientales también premian el coche compartido
Sin duda uno de los problemas fundamentales para muchos ciudadanos en sus municipios sea la falta de aparcamiento. Pero quizá el problema no radique tanto en la falta de espacio para este fin en las calles de nuestros municipios, sino en la necesidad de alternativas de transporte más sostenibles. No olvidemos el lema fundamental La ciudad es para los peatones. Todo ciudadano debería de tener derecho a pasear por su ciudad sin miedo a respirar aire contaminado.
En este sentido el vehículo compartido sí que es una buena alternativa. Y si es coche ecológico, entonces mucho más respetuosa con el medio ambiente. Incluso es una alternativa eficaz en aquellos municipios en los que no existe transporte público de calidad. Todo ello contribuye a crear barrios menos contaminados y más saludables para las personas que los habitan.
El sello LEED incluye el vehículo compartido como transporte de calidad para reducir los efectos negativos por el uso de vehículos de motor de combustión
El sello ambiental LEED por ejemplo, incluye en su categoría de Localización y transporte, el crédito Acceso a transporte de calidad. El objetivo fundamental es que la elección del solar en el que se vaya a construir el edificio esté condicionada a la existencia medios de transporte de calidad en su proximidad. Que como consecuencia de esta decisión se pueda reducir el uso del vehículo motorizado, reduciendo así las emisiones de gases de efecto invernadero, la contaminación del aire y daños para la salud pública y medioambiental asociados.
Para cumplir cumplir con el crédito, uno de los requisitos es que la entrada del edificio se encuentre a una distancia peatonal de 400 m como máximo de una parada de autobús, tranvía o parada para compartir vehículo. Dicha distancia es el doble hasta una parada de autobús rápido, estación de ferrocarril, de tren de cercanías o terminal de ferry. Además se debe de cumplir con unos requisitos mínimos de servicios diarios.
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