Confort térmico en espacios interiores ¿De qué depende?

La calidad ambiental de un espacio cerrado se mide por el confort de los usuarios. En el caso de que dicho espacio esté ocupado por varias personas dicho confort seguramente no coincidirá. El confort térmico por lo tanto, en un espacio cerrado, dependerá de diferentes factores relativos a las personas que lo ocupan y a las condiciones ambientales interiores. En este artículo te explicamos qué factores intervienen para alcanzar el confort térmico interior. Participa con tus comentarios.

confort térmico

23-10-2023

¿De qué depende el confort térmico en un espacio interior?

En un espacio interior, acondicionado o no, el confort térmico depende del usuario por un lado y de las condiciones ambientales de dicho espacio por otro. Por un lado las personas desprendemos calor. Y esto es así porque nos alimentamos y a través del metabolismo desprendemos calor en mayor  o menor medida. Dicha energía se disipa hacia el exterior de nuestro organismo de dos maneras. Una de forma sensible a través de la conducción, convección y la radiación. Otra de forma latente mediante la sudoración.

No obstante el ritmo al que desprendemos calor puede variar. Aquí es donde intervienen las condiciones ambientales externas. Dichas condiciones son la temperatura y la humedad del ambiente. También puede intervenir la velocidad del aire.

Por otro lado, la actividad y el grado de aislamiento del usuario aportado por la vestimenta influyen también en dicha transferencia de calor. En un sentido o en otro. Hacia el exterior cuando hace frío y hacia el interior cuando hace calor.

¿Por qué varios usuarios en un mismo espacio no experimentan el mismo grado de confort?

Pues la respuesta es evidente si tenemos en cuenta todo lo anterior. Si las condiciones ambientales son las mismas, el confort de cada usuario dependerá de la actividad que esté realizando, los alimentos que haya ingerido, su temperatura corporal y el grado de vestimenta. Si además cambiamos dichas condiciones ambientales, el confort experimentado por uno de ellos, no tiene porqué ser el mismo que el del resto.

Las condiciones ambientales de un espacio interior se modifican mediante el uso de las instalaciones de climatización. Bien aportando calor o bien aportando frío. De esta manera, el aire climatizado interviene en la transferencia de calor de nuestro organismo con el aire que le rodea para alcanzar el confort térmico en una situación de disconfort. Por lo tanto, la climatización es otro factor regulador del confort térmico, junto con el grado de vestimenta.

Cuando el balance en dicha transferencia de calor es neutro, alcanzamos el confort térmico. Y ya hemos visto que se puede conseguir de dos maneras: modificando nuestro grado de vestimenta o modificando las condiciones ambientales del aire que nos rodea en el espacio interior. Todo ello teniendo en cuenta la actividad que estemos realizando y nuestra energía interna.

Cuando hacemos un estudio térmico de un espacio interior debemos considerar la actividad del usuario y su grado de vestimenta

Cómo se cuantifica el calor desprendido por la actividad realizada

Cuando realizamos una evaluación energética de un espacio cerrado debemos de considerar la actividad que se va a llevar a cabo. No hay que olvidar que la actividad de las personas, como ya se ha comentado, influye en su confort térmico.

Existe normativa que nos informa del calor sensible y latente en función de la actividad que se realice. Dicho calor se tiene en cuenta en el balance energético, ya que son cargas internas a considerar en el cálculo de la demanda de calor o de frío de un espacio interior.

La norma UNE EN ISO 8996 incluye un método para estimar el calor generado por el organismo de una persona en función de su actividad. La unidad de medida es el met. El patrón de la unidad met corresponde al metabolismo de una persona sana, sentada y sin trabajar. En definitiva hablaremos de actividad metabólica persona sentada y sin trabajar como referencia.

Valores de carga sensible y latente por la actividad de las personas

A continuación os mostramos algunos ejemplos (UNE EN ISO 8996) de la cantidad de calor que se emite hacia el exterior por una persona en función de la actividad. Se separa en calor sensible y calor latente, ambos medidos en Watios. También se indica el calor generado en met.

confort térmico interior calor sensible y calor latente

Cómo se cuantifica el grado de vestimenta

Al igual que sucede con al actividad metabólica del usuario, el grado de vestimenta también debe de ser considerado en el balance energético en un espacio interior. La temperatura de una persona suele ser de 36,7 °C, pero puede variar de una a otra por diferentes factores. La edad, la actividad incluso la hora del día matizan dicho valor de referencia. El confort térmico dependerá de dicha temperatura y de la vestimenta en función de la actividad y las condiciones ambientales.

Al igual que en el apartado anterior os mostramos algunos ejemplos (UNE EN ISO 9920), donde se cuantifica el nivel de aislamiento térmico de una persona por la vestimenta. La unidad de medida es el clo para identificar el nivel de aislamiento proporcionado por la vestimenta. La referencia es la de un hombre desnudo cuyo grado de aislamiento es clo = cero. A partir de ahí se mide la resistencia térmica de los diferentes grados de vestimenta en laboratorio y se determina el clo para distintos grados de vestimenta.

Desnudo: 0,0 clo

En pantalón corto: 0.1 clo

Vestimenta:

  • de verano ligera: 0,5 clo.
  • invierno ligera: 1,0 clo.
  • invierno: 1,5 clo.

Fuente: IDAE.

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